La vida es un continuo -y realmente complejo- proceso de aprender y desaprender. Y también un cúmulo de ocasiones perdidas en las que decidimos no querer aprender ni tampoco desaprender.Gran parte de los aprendizajes los recibimos de una manera estructurada: en la familia, en el jardín de infancia o en el colegio, en el trabajo o en la universidad, nos enseñan -y aprendemos- muchas cosas. Todos estos aprendizajes, que podríamos llamar formales, representan la base primordial de nuestra educación.Sin embargo, el fluir vital y el desarrollo del ciclo personal está también lleno -y mucho- de aprendizajes que uno ha tenido …
La vida es un continuo -y realmente complejo- proceso de aprender y desaprender. Y también un cúmulo de ocasiones perdidas en las que decidimos no querer aprender ni tampoco desaprender.Gran parte de los aprendizajes los recibimos de una manera estructurada: en la familia, en el jardín de infancia o en el colegio, en el trabajo o en la universidad, nos enseñan -y aprendemos- muchas cosas. Todos estos aprendizajes, que podríamos llamar formales, representan la base primordial de nuestra educación.Sin embargo, el fluir vital y el desarrollo del ciclo personal está también lleno -y mucho- de aprendizajes que uno ha tenido que hacer sin que nadie se los enseñe de una manera formal. Algunos de estos aprendizajes son dolorosos, otros son gozosos y el profundizar en todos ellos y dar con la clave motivadora de ese aprender a aprender es de gran ayuda para la propia evolución personal.Este libro, escrito en colaboración por un conjunto de especialistas, de forma narrativa, pedagógica y serendípica, pretende favorecer esta reflexión y facilitar estos otros aprendizajes. Los temas los hemos elegido entre los que nos parecen más vitales y necesarios en la sociedad de hoy, sabiendo de antemano que la lista es más amplia que los aquí elegidos.Las excelentes ilustraciones de Ángel Rz. Idígoras, psicólogo, dibujante e ilustrador, contribuyen a dar el tono de invitación gozosamente humana a leer y a poner en práctica estos nuevos aprendizajes vitales. Ojalá que cada uno encuentre en estos capítulos -leídos serendípicamente en su mecedora o en su rincón favorito y practicados los ejercicios que se sugieren- las pistas, las preguntas, las respuestas o el tema que se ajuste más y mejor a su propio momento vital.