¿Me cuesta perdonar? ¿Guardo rencor en mi corazón? ¿Salto por menudencias o alimento deseos de venganza? Son preguntas que todos nos hacemos y que piden a gritos una respuesta. Para recuperar la paz, para ganar en alegría. El odio y el rencor se superan poniendo amor. Perdonar es amar, comprender, disculpar. Con mansedumbre, con humildad. Ya no se ve al que ataca como enemigo, sino como una persona digna de todo respeto.La antigua ley del talión fue superada por la nueva del Amor. Nos obliga a responder al mal con el bien, al odio con el amor. Lo proclamó Jesús …